Cómo controlar la ansiedad anticipatoria: todas las claves

La ansiedad anticipatoria puede provocar mucho sufrimiento a quien la padece e incluso a las personas de su entorno cercano. Descubre todas las claves sobre este tipo de ansiedad. Qué es, síntomas, causas y cómo controlarla desde el punto de vista psicológico.

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¿Qué es la ansiedad anticipatoria? Definición

Como su propio nombre indica, la ansiedad anticipatoria es un tipo de ansiedad que se produce por la anticipación de un peligro o de una situación desagradable para luchar o huir al activar la respuesta de estrés del organismo. Es una emoción normal que todos tenemos y que es evolutivamente útil para la supervivencia. Saber anticiparnos a las situaciones negativas nos prepara para hacerles frente. Sin embargo, no podemos controlarlo todo e intentarlo provoca mucho sufrimiento. En general, la ansiedad es una emoción que trae consigo pensamientos de preocupación y una elevada activación corporal. Esta emoción, que va muy unida con el miedo, nos prepara para luchar o huir del peligro que anticipa.

En la ansiedad anticipatoria, sin embargo, podemos observar una preocupación acusada por el futuro. La persona suele anticipar hechos catastróficos. En sí, los manuales diagnósticos no hablan de este tipo de ansiedad, aunque podría estar relacionada con la ansiedad generalizada, en la que aparece una preocupación ante muchas situaciones diversas, porque cualquier cosa puede salir mal.

Síntomas de la ansiedad anticipatoria

En la ansiedad anticipatoria podemos encontrar síntomas relacionados con la ansiedad, que clasificamos en cinco grupos:

  • Síntomas fisiológicos: Aquí entrarían los síntomas que siente la persona como consecuencia de la activación de la respuesta de estrés. Por ejemplo, taquicardia, tensión muscular, aumento de la presión sanguínea, aumento de cortisol… Pueden aparecer también síntomas estomacales o una deficiencia del sistema inmune, debido a que el cuerpo debe elegir qué es más importante para dirigir a ello nuestras energías. Casi siempre, la visión de un peligro inminente es más importante que los virus, las bacterias e incluso que hacer la digestión.
  • Síntomas cognitivos: En este grupo entrarían todos los pensamientos que nos advierten del posible peligro. Muchas veces la persona los siente muy reales y no se cuestiona su veracidad y por ello se activa la respuesta fisiológica de estrés. En el caso de la ansiedad anticipatoria, estos pensamientos son siempre sobre un futuro catastrófico.
  • Síntomas emocionales: La ansiedad es en sí una emoción, pero muchas veces, las emociones no se presentan solas. En este caso, aparecería también un miedo por lo que va a ocurrir y angustia al pensarlo.
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  • Síntomas conductuales: Debido a la ansiedad que nos producen nuestras preocupaciones, podemos dejar de hacer muchas cosas que nos gustarían. ¿Cuántas veces has dejado de hacer algo porque has pensado una frase que empieza por “Y si…”? La evitación es el síntoma conductual que más se da en la ansiedad anticipatoria.
  • Síntomas sociales: Puede aparecer también un abandono de ciertas relaciones sociales debido a la ansiedad anticipatoria. En este sentido, podemos anticipar una reacción por parte de amigos o conocidos y temerla, por ejemplo. Aquí podría aparecer una fobia social.

Causas de la ansiedad anticipatoria

Como hemos mencionado, la ansiedad es una emoción normal, así como la ansiedad anticipatoria. Las causas de esta emoción están en nuestra propia evolución, que nos ha ido preparando para prever los posibles peligros futuros. Sin embargo, si sentimos que esta ansiedad nos genera sufrimiento, podríamos estar padeciendo un trastorno de ansiedad. ¿Por qué me pasa a mí? Se han visto varias causas:

  • Predisposición genética: La genética podría hacernos más vulnerables ante determinadas situaciones. Esto provoca que ante vivencias similares, otra persona no genere un trastorno de ansiedad, mientras que nosotros sí que lo generamos.
  • Aprendizajes en la infancia: Hemos podido aprender de nuestros padres, familiares e incluso de nuestros amigos, a temerle al futuro, viéndolo como algo catastrófico.
  • Vivencias traumáticas: No todos los aprendizajes son vicarios (de lo que observamos en otros), sino que de nuestras propias vivencias aprendemos también a entender el mundo. En este sentido, una experiencia traumática podría habernos enseñado a ver el mundo de manera hostil y a no poder esperar algo positivo de él en el futuro.
  • Características de la personalidad: A lo largo de nuestra adolescencia vamos construyendo nuestra personalidad a través de experiencias que vamos teniendo y con la influencia de nuestra genética y nuestro temperamento. Se ha observado que ciertos tipos de personalidad predisponen a la persona a padecer una ansiedad anticipatoria. Por ejemplo, personas que quieren tenerlo todo siempre controlado, personas perfeccionistas y muy organizadas podrían sufrir con más probabilidad una ansiedad anticipatoria. También aquellas que tienden a preocuparse en exceso.
  • Consumo de alcohol o drogas: El consumo de alcohol, tabaco o cualquier sustancia que afecte al funcionamiento del sistema nervioso central puede producir cuadros de ansiedad, entre otros.
  • Presencia de otros trastornos mentales o físicos: La presencia de otros trastornos mentales, así como enfermedades físicas, podría provocar que la persona sienta mucha ansiedad anticipatoria ante un futuro que podría ser incierto.

Cómo controlar la ansiedad anticipatoria

La ansiedad puede ser, aparte de molesta, dolorosa. Puede provocarnos mucho sufrimiento y malestar, sobre todo si se padece de manera intensa y durante mucho tiempo. Imagínate que te preocupase todo el rato lo que pueda pasar dentro de 10 minutos, resultaría realmente agotador e incapacitante. Esto puede hacer que la persona quiera controlarlo y que se le quite. Sin embargo, no es tan sencillo y pensar todo el rato en que no deberíamos estar preocupados o sintiéndonos de determinada manera, puede acentuar los síntomas.

Por lo tanto, tratar de controlar la ansiedad anticipatoria no solo no resulta útil sino que puede resultar contraproducente. Te decimos a continuación cómo puedes actuar si sientes una elevada ansiedad, aunque es recomendable que acudas a un especialista de la salud mental para que ajuste estos ejercicios a tu caso particular.

Ejercicios para la ansiedad anticipatoria

Para poder manejar tu ansiedad, puedes tratar de hacer algún ejercicio de relajación. A lo largo de la historia de la psicología se han planteado muchas formas de relajarse, la mayoría concentrándose en el propio cuerpo para no dirigir la atención hacia nuestras preocupaciones. Ejemplo de esto serían ejercicios basados en la respiración o en el mindfulness.

Sin embargo, a veces, en la ansiedad anticipatoria, hay pensamientos muy fuertes y de los que no podemos desconectar. Estos pueden impedirnos la relajación al aparecer de manera impulsiva. Llegado este caso, podremos hacer varias cosas. Si el pensamiento es racional, es decir, si nos está avisando de un peligro real, podemos escucharlo y ver por qué nos preocupa tanto y qué podemos hacer ante ese peligro. Si el pensamiento que nos produce esta ansiedad anticipatoria no es racional, podemos «discutir con él» para quitarle importancia y fuerza. Así, cada vez será más difícil que nos distraiga, porque le iremos quitando importancia.

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Ansiedad anticipatoria: tratamiento y medicación

El tratamiento de la ansiedad anticipatoria será el mismo que para otros tipos de ansiedad. En primer lugar, se hace una evaluación de dicha ansiedad para ver cuándo aparece y si en alguna ocasión se da con más fuerza. Una vez evaluada, se pasa a hacer el tratamiento. Siempre se va a utilizar una estrategia de relajación que se adapte al paciente. Se acompañará esto, como mencionamos en el apartado anterior, con un análisis de los pensamientos que provocan esta ansiedad, sobre todo de los más intensos. Este análisis nos ayudará a ver por qué les damos tanta importancia y a rebajar el dolor que nos producen.

Llegado el caso, también podría ser necesario el uso de medicación. En el caso de la ansiedad, se utilizan medicamentos ansiolíticos que nos ayudan a relajarnos. Estos nos pueden ayudar a enfocar nuestro problema de otra manera, aunque hay que usarlos con precaución y con la vigilancia de un médico especializado en salud mental, ya que pueden generar adicción.

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Tratar de controlar la ansiedad anticipatoria no solo no resulta útil sino que puede resultar contraproducente. Pensar todo el rato en que no deberíamos estar preocupados o sintiéndonos de determinada manera, puede acentuar los síntomas. Te decimos a continuación cómo puedes actuar si sientes una elevada ansiedad.

La ansiedad anticipatoria es un tipo de ansiedad que se produce por la anticipación de un peligro o de una situación desagradable futura para luchar o huir al activar la respuesta de estrés del organismo. Saber anticiparnos a las situaciones negativas nos prepara para hacerles frente. Sin embargo, no podemos controlarlo todo e intentarlo provoca mucho sufrimiento.

Para poder manejar tu ansiedad, puedes tratar de hacer algún ejercicio de relajación. (…) basados en la respiración o en el mindfulness.

Sin embargo, a veces, en la ansiedad anticipatoria, hay pensamientos muy fuertes. Estos pueden impedirnos la relajación al aparecer de manera impulsiva. Podemos escucharlo y ver por qué nos preocupa tanto; o tratar de quitarle importancia.

Elena Cabeza de Vaca Iriarte

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