¿Cómo superar la dependencia emocional a la pareja? Consejos psicológicos

1. ¿Qué es la dependencia emocional a la pareja?

La dependencia emocional es un sentimiento de necesidad que atribuimos a una persona en concreto, porque cubre nuestras necesidades emocionales, casi siempre de cariño y afecto. En este caso, la persona que cubre estas necesidades es la pareja, provocando una dependencia emocional a la pareja. Generamos con ella un vínculo extremadamente intenso, fortalecido por los mitos sobre el amor romántico que la sociedad nos enseña. Debido a este sentimiento de necesidad, llevamos a cabo numerosas actitudes similares a las presentes en los drogadictos. Acompañadas de pensamientos obsesivos, comenzamos a controlar cada paso que da nuestra pareja, en busca de indicios que nos demuestren que nada malo está pasando en nuestra relación.

cómo superar la dependencia emocional a la pareja

¿En qué se diferencia la dependencia emocional en adolescentes?

Durante la adolescencia vamos creando nuestra propia personalidad mediante diferentes aprendizajes. La falta de experiencia en temas de relaciones de pareja, provoca que tiendan a idealizar más a la otra persona y, debido a ello, generen un vínculo más fuerte, aunque no más sano. Además, en la adolescencia tendemos a idealizar más el concepto del amor romántico y, gracias a los continuos mensajes de la sociedad a través de la cultura (música, cine, teatro…), se generan ciertos mitos poco realistas sobre este tipo de relaciones. En consecuencia, la dependencia emocional en adolescentes puede ser más fuerte que en los adultos, aunque dependerá de la persona y los aprendizajes que haya tenido a lo largo de su vida.

2. Dependencia emocional en la pareja: síntomas frecuentes

En las relaciones de dependencia emocional se suelen dar una serie de actitudes y pensamientos que podemos denominar síntomas frecuentes de dicha dependencia emocional a la pareja. Estos son:

  • Miedo a perder el vínculo con nuestra pareja. Este miedo suele aparecer en todas las relaciones de pareja, pero en una relación de dependencia emocional se da con más intensidad. En este caso, la persona satisface nuestra necesidad básica de cariño y afecto, que no vamos a poder satisfacer de otra manera, ¡¿Cómo vamos a permitirnos perder esto?!
  • Actitudes de complacencia. Debido al miedo de perder a la otra persona, tendemos a hacer cosas que a lo mejor no nos apetecen demasiado para complacerla y que no se vaya. En principio, esto no tiene por qué ser un problema, pero termina siéndolo si la persona que las realiza se siente a disgusto mientras las hace.
  • Actitud de búsqueda y control de la persona. Al igual que un drogadicto busca su droga, una persona dependiente emocionalmente tiende a buscar de manera obsesiva a esa persona, aunque haya habido un maltrato psicológico o físico por su parte. También hay una tendencia a controlar todo el entorno de la pareja: amigxs, redes sociales, control de las notificaciones del móvil…
  • Síndrome de abstinencia. Puede aparecer un síndrome de abstinencia cuando la persona de la que dependemos no está (física o emocionalmente). Por ejemplo, un profundo sentimiento de angustia o de vacío emocional, llanto intenso, dolor de estómago, aumento o disminución del hambre y las ganas de comer… Todo esto desaparece cuando reconectamos con la persona de la que dependemos emocionalmente.

Dificultad para abandonar la relación o para poner límites dentro de ella. Debido al miedo de perder el vínculo tan fuerte que hemos generado con esa persona, no ponemos límites de manera adecuada. De tal forma que, si nuestra pareja los sobrepasa, no hay consecuencias. Debido a esto, abandonar la relación, que es el límite más extremo (por ejemplo, “si hay una infidelidad, le dejo”), se hace muy complicado. Esto provoca que la persona de la que dependemos pueda “hacer con nosotros lo que quiera”, incluyendo relaciones de maltrato.

dependencia emocional

3. Tipos de dependencia emocional en la pareja

No hay una clasificación oficial de la dependencia emocional, por lo que saber cómo superar la dependencia emocional a la pareja depende, como siempre, de cada caso particular, pero podemos clasificarla en función de la gravedad con que aparece. La gravedad puede verse claramente en la persona dependiente. Si crees que puedes sufrir cierta dependencia emocional en la pareja, pregúntate y responde sinceramente: ¿hasta qué punto permites que tu pareja tenga actitudes que te hacen sufrir?

  • Baja dependencia emocional en la pareja. Es el grado más bajo. Todos somos en parte algo dependientes, al vivir en sociedad y ser seres sociales, necesitamos y buscamos activamente la compañía de los otros. Sin embargo, este nivel de dependencia no supone un problema, ya que somos capaces de poner límites claros y dejar la relación si es necesario.
  • Media dependencia emocional en la pareja. En este caso, empieza a ser un problema. Empezamos a ver en nuestra pareja ciertas actitudes que no nos agradan, pero hacemos la vista gorda para evitar discusiones o la pérdida del vínculo. Podría indicar el inicio de un problema mayor.

Elevada dependencia emocional en la pareja. Este sería el grado más elevado, en el que la persona tiene un miedo irracional a perder el vínculo. Se da una necesidad excesiva a la persona, que causa actitudes parecidas a las encontradas en drogadictos. Hay una ausencia total de límites a la pareja y se dan relaciones de abuso y maltrato. El maltrato puede llegar a ser físico, pero la persona que siente esta dependencia emocional se siente incapaz de dejar la relación. Además, se observa que cuando lo hacen, se sienten tremendamente culpables por haberlo hecho y quieren regresar “por si la pareja cambia” o “vuelve a ser como al principio”.

4. ¿Qué hacer si tengo dependencia de mi pareja?

Para saber cómo superar la dependencia emocional a la pareja hay que evaluar cómo es la relación y si queremos o no seguir en ella. Podemos sentirnos realmente dependientes a nuestra pareja, pero ser conscientes de que nos hace bien estar en esa relación y querer continuar en ella. O bien, podemos sentirnos muy dependientes emocionalmente a nuestra pareja, viendo que en realidad estamos en una relación de maltrato y que no nos merece la pena continuar allí. Es importante saber esto para tomar las siguientes decisiones:

  • Relación de maltrato: Si sientes que tu pareja ha iniciado conductas de maltrato, tanto físicas como psicológicas, y crees en el fondo que va a seguir así, es aconsejable poner en marcha el contacto cero. Se trata de alejarse de la persona, bloquearla de todos sitios y resistir la tentación de reconectar con ella. Es tremendamente costoso, ya que se genera una relación adictiva con el maltratador y la víctima siente que realmente lo necesita, pero es realmente beneficioso. Pasa lo mismo que en las drogadicciones, cuando el adicto decide dejar de consumir. Sabe que la droga no le hace bien, pero siente que la necesita. Alejarse de aquello a lo que somos “adictos” nos ayuda a ir debilitando el vínculo que tenemos con esto y cada vez nos cuesta menos seguir alejados. Si te encuentras en esta situación y necesitas ayuda para superarla, no dudes en contactar con nosotros.
  • Relación de no-maltrato: La relación que se ha creado no es sana, porque es de dependencia, pero no hay un maltrato por parte de la persona de la que dependemos. Por ende, podemos pensar en permanecer en la relación. Sin embargo, es de vital importancia frenar esta dependencia, ya que nos provoca mucho sufrimiento tanto a nosotros como, seguramente, a nuestra pareja. Para ello puedes:
    • Dejar de hacer aquello que tu necesidad te pide: Por ejemplo, dejar de controlar las redes sociales, el móvil, las actividades que hace tu pareja fuera de la relación. Seguramente te cueste, porque tu necesidad te lo está pidiendo, pero si cedes, refuerzas dicha necesidad y volverá a pedírtelo.
    • Hacer más actividades fuera de la relación: Salir con amigos, iniciar actividades que podrían gustarte, conocer gente nueva… podría ayudarte a no depender emocionalmente de tu pareja. Así también fomentas tu propia autoestima.
    • Tomar decisiones que te interesen a ti, aunque creas que a tu pareja no le vienen del todo bien. Quizá creas que algo le va a molestar o le va a provocar cierto rechazo. Trata de darle poca importancia a ese pensamiento y haz aquello que te gustaría hacer.
    • Buscar ayuda profesional, si crees que lo necesitas. Si tu dependencia es demasiado fuerte y crees que no puedes hacerlo solo o sola, no dudes en contactar con un profesional.

5. ¿Qué hacer si mi pareja tiene dependencia emocional?

Si crees que tu pareja puede ser dependiente emocionalmente de ti, puedes hacer ciertas cosas que pueden ayudarla:

  • Es importante que expreséis las emociones y sentimientos que sentís, sobre todo si alguno de los dos siente malestar. Cuando nos sentimos mal (cansados, enfadados, molestos…), aunque no sea por temas de la pareja, solemos adoptar una actitud más distante. Esto podría ser malinterpretado por tu pareja y generar en ella mucho malestar. Hablar de ello será beneficioso para ambos, tú podrás desahogarte y contarle lo que te ocurre y tu pareja se quedará satisfecha al ver que si ocurre cualquier cosa, se lo vas a contar. Además, ella se sentirá a gusto para poder expresar también aquello que le aflige.
dependencia emocional en pareja
  • Asimismo, es de vital importancia que mantengas tu independencia y tu No debes ceder a su necesidad de controlar lo que haces, ya que esto solo reforzaría dicha necesidad. Es importante y saludable que tengas tu propio espacio, con tus propios amigos y que no estés con tu pareja el 100% de tu tiempo, así como tener tu propia privacidad. Tu pareja debe entender poco a poco, que pese a ese sentimiento de preocupación y pese a esa angustia, no está pasando nada malo. Pero debe entenderlo sin llevar a cabo conductas de comprobación, ya que éstas refuerzan la reaparición estos sentimientos y no es útil.
  • Fomenta su autoestima para provocar un amor propio más elevado. Como hemos mencionado anteriormente, la dependencia emocional en la pareja se produce de manera más elevada cuando nuestra autoestima es baja, ya que tendemos a buscar fuera el cariño que no nos tenemos a nosotros mismos. Para ello, puedes valorar y reforzar aquellas actitudes y decisiones que tome por sí misma y que no tengan que ver contigo. Además, puedes fomentar su propia independencia, animándola a hacer cosas fuera de la relación, donde pueda conocer gente y pasárselo bien sin ti.

6. ¿Cómo superar la dependencia emocional a la pareja? Tratamiento

Primeramente, debemos entender que la dependencia emocional es algo normal y que en cierta medida nos pasa a todos. El miedo a perder el vínculo que generamos con una persona es intrínseco al ser humano, como hemos aclarado antes, debido a que somos seres sociales y necesitamos en mayor o menor medida de los demás. Por lo tanto, en el tratamiento de la dependencia emocional, vamos a hacer una evaluación de la relación y de las situaciones en las que aparece dicho malestar. De esta forma podremos saber dos cosas: 1. Si la relación es potencialmente sana o si, por el contrario, se han establecido unos roles de dependencia-abuso muy fuertes y en qué momento se iniciaron esas actitudes. 2. Qué nivel de dependencia emocional muestra cada uno de los miembros de la pareja. Lo más óptimo sería tener una baja dependencia, donde valoramos el vínculo, pero somos capaces de valorarnos a nosotros mismos por encima de éste.

Después, podemos pasar a valorar por qué estamos siendo dependientes emocionalmente de nuestra pareja y en qué situaciones aparece más malestar. Por último, debemos observarnos a nosotros mismos y pensar cómo nos queremos, qué nivel de autoestima tenemos. ¿Por qué? Pues porque muchas veces está muy relacionado. Cuanto menos nos queremos, más necesitamos del amor externo, permitiendo así relaciones de maltrato. Generar una autoestima sana es realmente protector.

Para saber cómo superar la dependencia emocional a la pareja muchas veces necesitaremos ayuda profesional. Si la estás buscando, en nuestro centro ofrecemos terapia de pareja en Madrid en Psicolive Psicólogos, no dudéis en pedir cita y empezar el camino de una relación más sana.

Para superar la dependencia emocional a la pareja hay que evaluar cómo es la relación y si queremos o no seguir en ella.

  • Relación de maltrato: es aconsejable poner en marcha el contacto cero. Es tremendamente costoso, pero es realmente beneficioso. Alejarse de aquello a lo que somos “adictos” nos ayuda a ir debilitando el vínculo que tenemos con ésto y cada vez nos cuesta menos seguir alejados.
  • Relación de no-maltrato: La relación que se ha creado no es sana, porque es de dependencia, pero no hay un maltrato por parte de la persona de la que dependemos. Por ende, podemos pensar en permanecer en la relación. Para ello puedes:
    • Dejar de hacer aquello que tu necesidad te pide: Por ejemplo, dejar de controlar las redes sociales, el móvil, las actividades que hace tu pareja fuera de la relación….
    • Hacer más actividades fuera de la relación: Así también fomentas tu propia autoestima.
    • Tomar decisiones que te interesen a ti, aunque creas que a tu pareja no le vienen del todo bien.
    • Buscar ayuda profesional

La dependencia emocional es un sentimiento de necesidad que atribuimos a una persona en concreto, porque cubre nuestras necesidades emocionales, casi siempre de cariño y afecto. En este caso, la persona que cubre estas necesidades es la pareja, provocando una dependencia emocional en la pareja.

Durante la adolescencia vamos creando nuestra propia personalidad, mediante diferentes aprendizajes. La falta de experiencia en temas de relaciones de pareja, provoca que tiendan a idealizar más a la otra persona y, debido a ello, generen un vínculo más fuerte, aunque no más sano. Además, en la adolescencia tendemos a idealizar más el concepto del amor romántico y, gracias a los continuos mensajes de la sociedad a través de la cultura (música, cine, teatro…), se generan ciertos mitos poco realistas sobre este tipo de relaciones.

  • Miedo a perder el vínculo con nuestra pareja. Este miedo suele aparecer en todas las relaciones de pareja, pero en una relación de dependencia emocional se da con más intensidad.
  • Actitudes de complacencia. Debido al miedo de perder a la otra persona, tendemos a hacer cosas que a lo mejor no nos apetecen demasiado para complacerla y que no se vaya.
  • Actitud de búsqueda y control de la persona. Al igual que un drogadicto busca su droga, una persona dependiente emocionalmente tiende a buscar de manera obsesiva a esa persona
  • Síndrome de abstinencia. Puede aparecer un síndrome de abstinencia cuando la persona de la que dependemos no está (física o emocionalmente). Por ejemplo, un profundo sentimiento de angustia o de vacío emocional
  • Dificultad para abandonar la relación o para poner límites dentro de ella.
  • Baja dependencia emocional en la pareja. Es el grado más bajo. Este nivel de dependencia no supone un problema, ya que somos capaces de poner límites claros y dejar la relación si es necesario.
  • Media dependencia emocional en la pareja. En este caso, empieza a ser un problema. Empezamos a ver en nuestra pareja ciertas actitudes que no nos agradan, pero hacemos la vista gorda para evitar discusiones o la pérdida del vínculo. Podría indicar el inicio de un problema mayor.
  • Elevada dependencia emocional en la pareja. Este sería el grado más elevado, en el que la persona tiene un miedo irracional a perder el vínculo. Se da una necesidad excesiva a la persona, que causa actitudes parecidas a las encontradas en drogadictos. Hay una ausencia total de límites a la pareja y se dan relaciones de abuso y maltrato.

Para superar la dependencia emocional a la pareja hay que evaluar cómo es la relación y si queremos o no seguir en ella.

  • Relación de maltrato: es aconsejable poner en marcha el contacto cero. Es tremendamente costoso, pero es realmente beneficioso. Alejarse de aquello a lo que somos “adictos” nos ayuda a ir debilitando el vínculo que tenemos con esto y cada vez nos cuesta menos seguir alejados.
  • Relación de no-maltrato: La relación que se ha creado no es sana, porque es de dependencia, pero no hay un maltrato por parte de la persona de la que dependemos. Por ende, podemos pensar en permanecer en la relación. Para ello puedes:
    • Dejar de hacer aquello que tu necesidad te pide: Por ejemplo, dejar de controlar las redes sociales, el móvil, las actividades que hace tu pareja fuera de la relación….
    • Hacer más actividades fuera de la relación: Así también fomentas tu propia autoestima.
    • Tomar decisiones que te interesen a ti, aunque creas que a tu pareja no le vienen del todo bien.
    • Buscar ayuda profesional

Si crees que tu pareja puede ser dependiente emocionalmente de ti, puedes hacer ciertas cosas que pueden ayudarla:

  • Es importante que expreséis las emociones y sentimientos que sentís, sobre todo si alguno de los dos siente malestar.
  • Asimismo, es de vital importancia que mantengas tu independencia y tu No debes ceder a su necesidad de controlar lo que haces, ya que esto solo reforzaría dicha necesidad.
  • Fomenta su autoestima para provocar un amor propio más elevado. Para ello, puedes valorar y reforzar aquellas actitudes y decisiones que tome por sí misma y que no tengan que ver contigo. Además, puedes fomentar su propia independencia, animándola a hacer cosas fuera de la relación.

Por lo tanto, en el tratamiento de la dependencia emocional, vamos a hacer una evaluación de la relación y de las situaciones en las que aparece dicho malestar. De esta forma podremos saber dos cosas:

  1.  Si la relación es potencialmente sana o si, por el contrario, se han establecido unos roles de dependencia-abuso muy fuertes y en qué momento se iniciaron esas actitudes.
  2. Qué nivel de dependencia emocional muestra cada uno de los miembros de la pareja. Lo más óptimo sería tener una baja dependencia, donde valoramos el vínculo, pero somos capaces de valorarnos a nosotros mismos por encima de éste.

Después, podemos pasar a valorar por qué estamos siendo dependientes emocionalmente de nuestra pareja y en qué situaciones aparece más malestar. Por último, debemos observarnos a nosotros mismos y pensar cómo nos queremos, qué nivel de autoestima tenemos.

Elena Cabeza de Vaca Iriarte

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