Discusiones de pareja constantes, ¿cuándo acudir a terapia?

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Las parejas que acuden a consulta a menudo comentan que tienen discusiones constantes, que no terminan nunca y en las que no se llega a una conclusión clara. Pero, ¿es necesario acudir a terapia cuando esto ocurre? ¿Cuándo es el mejor momento para ir a terapia de pareja? Te lo contamos dándote las claves sobre las discusiones de pareja.

1. ¿Las discusiones de pareja son buenas y normales?

Los seres humanos somos seres sociales, es decir, necesitamos a los demás. Sin embargo, cada persona es única, cada uno tiene sus actitudes, sus gustos, sus valores… Esto hace que en ocasiones no estemos de acuerdo con el otro y discutamos con él. En el ámbito de la pareja ocurre lo mismo. Las discusiones, por tanto, son intercambios de opiniones que nos pueden ayudar a entender al otro y a hacerle entender nuestra postura.

Entonces… ¿son buenas y normales las discusiones de pareja? Sí y no. ¿Qué es para nosotros “bueno” y “normal”? ¿Quién juzga lo bueno y lo malo, lo normal y lo extraordinario? En terapia se observa esta conversación en varias ocasiones, ya que tendemos a prejuzgar(nos), a decir si lo que pensamos o sentimos está bien o si es normal.

A los psicólogos hablar en estos términos no nos gusta demasiado y preferimos usar los términos útiles o funcionales. ¿Es la discusión que estás teniendo útil, te sirve para solucionar una situación molesta o desagradable? En ese caso, la discusión no es nada negativa y puede ayudar a mejorar la relación de pareja y la convivencia. Si, por el contrario, la discusión no os está ayudando, no tiene ningún sentido seguir discutiendo. A veces, nos encontramos discusiones que se inician para solucionar una situación, pero que terminan en un intercambio de ataques hacia el otro y en las que no se llega a ninguna parte. Al final, la discusión no está sirviendo para nada.

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2. Motivos de discusiones de pareja más comunes

Los motivos que nos llevan a discutir con nuestra pareja son muy numerosos, ya que cualquier cosa puede estar provocándonos malestar. Al comunicar este tipo de malestar, hacemos que se pueda encontrar una solución. Te contamos los motivos de discusiones más comunes en las parejas.

2.1. Discusiones por tonterías: causas y consejos

Muchas parejas que acuden a consulta afirman que sus discusiones empiezan “por tonterías”. Pequeños detalles del día a día que nos irritan o que irritan a nuestra pareja y que acaban generando discusiones a diario. Al final nos encontramos que hay muchas discusiones y que los motivos parecen a priori no ser demasiado graves. Esto puede tener varias razones, entre ellas:

  • Le quitamos importancia a algo que para nuestra pareja es realmente importante. Al no darle ese valor, no hacemos nada para que nuestra pareja esté más a gusto. Esto provoca que esta discusión siempre esté en el aire y que no se termine de resolver. Tratar de entender por qué es tan importante para nuestra pareja, nos puede ayudar a resolver el problema.
  • Le estamos dando demasiada importancia a algo que no la tiene. Si, tras hablarlo con nuestra pareja, nos damos cuenta de que en realidad este detalle no debería molestarnos tanto, podemos quitarle importancia. Por ejemplo, podemos decirnos a nosotros mismos algún tipo de mensaje (como “en realidad no es importante”) cuando aparezca algún pensamiento relacionado.
  • Hay algún problema del pasado que no se ha resulto todavía y que nos genera sufrimiento a día de hoy. Suelen ser discusiones en las que traemos algún recuerdo doloroso, que no tiene por qué tener relación con lo que se está hablando en el momento. Hablar del tema fuera del contexto de una discusión nos puede ayudar a resolverlo de una manera más sencilla.
  • Puede darse también un problema de comunicación, en el que no estamos entendiendo lo que nuestra pareja nos dice, o viceversa. Debemos recordar que no solo es importante el mensaje que nos está transmitiendo el otro, sino también sus emociones. ¿Qué está sintiendo mi pareja? ¿Por qué se está sintiendo así? ¿Puedo hacer algo para que se sienta más cómoda hablando conmigo?

2.2. Discusiones por celos: causas y consejos

Los celos son un sentimiento que aparece sobre todo cuando creemos que nuestra pareja podría “romper el compromiso” que hay dentro de nuestra relación. Aunque también pueden aparecer por el miedo de que conozca a alguien que pueda ser mejor que nosotros. Ambas situaciones ponen en peligro el vínculo que tenemos con nuestra pareja y nos empezamos a preocupar.

Se diferencian dos tipos de celos: racionales e irracionales. Los celos racionales están basados en hechos reales y objetivos que han ocurrido y que siguen presentes. Los celos irracionales se basan en suposiciones y sospechas que no pueden ser demostradas, o que son exageradas o generalizadas a demasiadas situaciones.

Las causas de los celos son dos: la desconfianza hacia nuestra pareja y la inseguridad de la propia persona. Para superarlos puedes empezar por preguntarte por qué los estás sintiendo. ¿Qué te da miedo y por qué te da miedo? Una vez analices esto, puedes tratar de buscar una solución. Recuerda que tu pareja puede ayudarte en el proceso y que si lo hablas con ella es probable que pueda entenderte mejor.

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2.3. Discusiones de pareja por dinero: causas y consejos

La economía puede ser también una causa recurrente de conflictos dentro de la pareja. El dinero y cómo lo maneja la pareja es un importante factor de discusiones. Hay varios factores por los que el dinero puede convertirse en un problema: Pocos fondos, falta de consenso sobre cómo manejarlo, su uso para llenar vacíos emocionales, …

Para resolver este problema, es importante saber cuanto antes qué actitud tiene nuestra pareja hacia el dinero y si esto se asemeja a nuestra propia manera de manejar las finanzas. Además, es importante hablar sobre cómo va a funcionar el dinero en la pareja. Si vamos a compartirlo todo. Si, por el contrario, cada uno tendrá lo suyo y las cosas compartidas se pagarán a medias… Debemos abordar el tema de manera calmada y empática, tratando de entender en todo momento la posición de nuestra pareja. Hablando de esta manera con nuestra pareja, podremos encontrar una solución acorde a las expectativas de los dos.

2.4. Discusiones de pareja por la familia: causas y consejos

La familia también puede ser un factor de discusiones de pareja importante. Problemas que nuestra pareja tenga con nuestros padres o hermanos o problemas que tenemos nosotros con nuestra suegra, por ejemplo, pueden afectar mucho a la relación. Puede haber comentarios o actitudes de algún familiar que nos pueda molestar o que le moleste a nuestra pareja. Este tipo de discusiones suponen un estrés extra si el problema se tiene con un familiar de nuestra pareja, ya que es una persona a la que tu pareja tiene mucho cariño.

Para solucionar estos problemas es importante analizar lo que está pasando. Primeramente, debemos saber por qué nos está molestando y si podemos hacer algo para que nos deje de molestar. Sin embargo, también debemos hablar el caso concreto con nuestra pareja y buscar con ella una solución. Es importante, poner límites a la familia y que cada persona tenga su lugar, sin dejar que cualquier miembro sobre pase esos límites.

2.5. Discusiones de pareja por los hijos: causas y consejos

La educación de los hijos es un tema de discusiones bastante común. Cada persona ha sido educada en unos valores y de una determinada manera. Es posible que cada miembro de la pareja quiera educar a sus hijos tal y como le educaron a él. Es de vital importancia, sobre todo para los niños, que los padres se pongan de acuerdo en las normas que va a haber en la casa y las consecuencias que va a tener incumplirlas. Por lo tanto, cada uno tendrá que ceder en algunas cosas para llegar a un consenso. Ambos padres se deberán apoyar mutuamente cuando los hijos cuestionen sus decisiones y mantener los premios y los castigos que uno de ellos haya impuesto.

3. Cuándo se considera que las discusiones en pareja son constantes o muy frecuentes

No hay un número de discusiones prefijado para indicar que tenemos demasiadas discusiones de pareja o demasiado pocas. Si las discusiones están generando un malestar constante en la relación, son, sin duda, demasiadas. Pueden darse, por ejemplo, pocas discusiones al mes, pero tremendamente intensas, que generan mucho malestar. O puede haber muchas pequeñas discusiones que no son intensas en absoluto y que apenas generan malestar a la pareja. En el primer caso es más recomendable acudir a terapia que en el segundo. Aunque en el segundo caso seguramente también se beneficiarían del proceso terapéutico. Por tanto, no es tan importante la frecuencia de las discusiones de pareja, sino su intensidad, el malestar que generan y si nos sirven o no para llegar a una solución.           

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4. Cómo evitar discusiones de pareja

Discutir con nuestra pareja no es algo agradable, sin embargo, no debemos evitar las discusiones. Cuando discutimos, lo hacemos porque algo nos está molestando. Si no lo decimos por no sufrir o por no hacer sufrir al otro, al final seguimos estando molestos y el problema tampoco se resuelve.

Es importante, por tanto, comentar aquello que nos está molestando para intentar buscar una solución. Es cierto que, si hablamos con nuestra pareja de una manera muy agresiva, quizá la discusión no llegue a buen puerto y no obtengamos la solución esperada. Esto genera, además, una tensión indeseada con nuestra pareja. Debemos discutir de una manera asertiva y empática, tratando de dejar clara nuestra postura, pero sin herir en ningún momento al otro. Para ello podemos utilizar una comunicación emocional desde el YO SIENTO/PIENSO y no desde el TÚ HACES. Además, si nos fijamos en las emociones que está sintiendo nuestra pareja en este momento, podemos analizar si lo que le decimos le está haciendo daño y podemos ver por qué.

5. Cómo afrontar y qué hacer en una discusión de pareja

Como hemos comentado anteriormente hay varios puntos importantes en una discusión con nuestra pareja:

  1. Tened en cuenta que una discusión debe ir dirigida a encontrar una solución a algún problema. Es fundamental comentar un tema por cada vez e intentar no irse a otras cuestiones. Si la discusión se va a otros temas, es importante retomar el tema inicial para solucionarlo. Más adelante podréis buscar soluciones para los demás conflictos.
  2. Todo lo que nos dice nuestra pareja es importante, en tanto en cuanto lo es para ella. Si hay algo que nos molesta o nos duele, es importante y debemos buscarle una solución. No obstante, si nos molesta algo demasiado y creemos que necesitamos una ayuda extra para sobrellevarlo, debemos acudir a un especialista.
  3. Siempre debemos escuchar lo que nos están contando, intentando entender tanto su discurso verbal como su discurso emocional. ¿Qué está sintiendo y por qué? ¿Qué me está transmitiendo mi pareja? Esto hace que rebajemos un poco nuestras defensas y que respondamos en función de lo que nos comenta. Responder estando a la defensiva provoca en la mayoría de ocasiones que ataquemos al otro en vez de entenderle y la discusión se convierte en un intercambio de ataques.

Dentro de una discusión, sea con nuestra pareja o con cualquier persona, debemos centrar el discurso en lo que me está doliendo a MÍ y por qué y no en lo que TÚ HACES. Qué siento y qué pienso cuando el otro hace algo. De esta forma hago mío el problema, pero el otro puede participar en la solución.

6. Cómo solucionar discusiones de pareja y hacer las paces

Las discusiones son conversaciones que tenemos con nuestra pareja en la que cada miembro tiene una opinión diferente respecto a un problema. Las discusiones en sí no se solucionan, nos tienen que ayudar a solucionar el problema que las ha iniciado. En este sentido, discutir puede verse como algo sano dentro de una pareja siempre y cuando vaya dirigido hacia la solución.

En numerosas ocasiones, las discusiones terminan siendo una pelea por ver quién tiene la razón y, al final, nadie escucha lo que los demás tienen que decir. Entre reproches y problemas varios que van surgiendo a lo largo de los discursos de ambos, el tema inicial se termina perdiendo. Al final, no se encuentra una solución y los miembros de la pareja terminan más enfadados de como empezaron.

Para evitar esto, podemos centrarnos en lo que nuestra pareja nos quiere transmitir. Si está enfadada o si está desilusionada con algo y no sólo en el discurso que trae. Si somos empáticos desde el primer momento y tratamos de entender lo que nos quiere transmitir, evitamos ponernos a la defensiva y atacar con un nuevo reproche. Esto provoca que la pareja se centre en el problema inicial y que se solucione sin que la discusión llegue a ser agresiva.

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7. Cómo hablar con tu pareja después de una discusión importante

Las discusiones pueden ser más o menos agresivas dependiendo del nivel de enfado y rabia que haya habido a lo largo de los discursos de ambos. Después de una discusión importante debemos darnos un tiempo para calmarnos. Realizar algún ejercicio de relajación o meditación puede ayudarnos para esto. Una vez estemos calmados y veamos que nuestra pareja también lo está, podemos hablar con ella de una manera más tranquila. Puede ayudar pedir disculpas por habernos excedido anteriormente con algún argumento. Después, podemos tratar de resolver la situación problemática que originó la discusión, intentando no ponernos a la defensiva. Para ello podemos utilizar los consejos que hemos comentado más arriba.

Además, podemos fijarnos en qué temas han salido a la luz. Qué cosas no están resueltas todavía y por qué nos siguen molestando. Poco a poco podemos ir resolviéndolas, aunque recordad tomar un solo tema por cada discusión.

Las discusiones con nuestra pareja nos ayudan a expresar y entender aquello que nos molesta o que molesta a nuestra pareja. Las discusiones tontas son aquellas que ocurren a menudo por temas que no son demasiado graves, pero que por algún motivo nos afectan demasiado. Puede ayudarnos para resolverlas:

  • Dar importancia a aquello que le molesta a nuestra pareja e intentar solventarlo.
  • Analizar por qué nos está molestando, ver el origen y tratar de resolverlo.
  • Observar nuestra comunicación dentro de la pareja y tratar de hacerla más asertiva.

Las discusiones de pareja nos deben ayudar a resolver problemas y a encontrar una solución. Para que no sean demasiado agresivas, podemos usar una comunicación más asertiva con nuestra pareja. Esto es, fijarnos en las emociones de nuestra pareja y comunicarle lo que ME molesta y no desde lo que EL OTRO hace.

Para que una discusión resulte útil es muy importante hacer diferentes cosas:

  • Mantenerse en el problema inicial por el que estamos discutiendo.
  • Tratar de no sacar otros temas a la vez. Más adelante podremos ocuparnos de otras cuestiones.
  • Escuchar el lenguaje verbal y el lenguaje emocional de nuestra pareja, tratando de entender cómo se está sintiendo ante este problema.
  • Intentar no utilizar adjetivos calificativos (“eres un vago”) y centrarnos en lo que yo estoy sintiendo (“me da rabia cuando haces esto porque…”).
  • Buscar soluciones para el problema que puedan satisfacer a todos.

Las discusiones de pareja son muy importantes para tratar de solucionar los problemas que surjan. Para afrontarlas de la manera más adecuada, debemos estar tranquilos antes de iniciar la discusión. Si se inicia estando enfadados, acabará peor. Durante la discusión, mantenernos en una postura empática nos ayudará a no ponernos a la defensiva y que no se vuelva una discusión agresiva. Al finalizarla, debemos tener en cuenta las soluciones que hemos acordado con nuestra pareja y acordar con ella el cómo llevarlas a cabo.

Para que la discusión no suba de tono, podemos tratar de entender la emoción que está sintiendo nuestra pareja. Esto hace que no le demos tanta importancia al lenguaje verbal dirigido a atacarnos. No obstante, debemos escuchar todos los argumentos que da nuestra pareja y contraargumentar sin atacarla. Recordemos que las discusiones van dirigidas a encontrar una solución, por lo que tendremos que tener en cuenta ambos puntos de vista para encontrar aquella más satisfactoria para todos.

Las discusiones de pareja no son algo malo que se deba evitar. De hecho, pueden ser de gran ayuda para solucionar problemas que vayan surgiendo. Sin embargo, podemos conseguir que no sean tan intensas:

  • Ten en cuenta aquello que te molesta y díselo en estos términos. “ME molesta cuando haces … , porque …”.
  • Trata de comprender cómo se siente tu pareja, incluso si te está atacando. “Veo que te molesta lo que te digo, ¿por qué?”. Esto hace que no se ponga a la defensiva.
  • Intenta no perder de vista el problema inicial para lograr encontrar una solución.

Las discusiones de pareja no se deben evitar, ya que son necesarias para exponer aquello que nos molesta y encontrar una solución. Debemos intentar tratar solo un tema en cada discusión para buscarle una solución y poder llevarla a cabo fácilmente.

Tras una fuerte discusión puede ser complicado volver a tomar contacto con nuestra pareja. Debemos relajarnos un poco para no volver a iniciar la misma discusión estando enfadados. Después, podemos hablarlo con nuestra pareja más tranquilamente. ¿Qué os ha molestado tanto? ¿Qué podéis hacer para encontrar soluciones? Puede ayudar si te disculpas por haberte excedido en algún momento.

Tras una discusión, lo mejor es llegar a solucionar el problema que nos ha llevado a discutir. Los detalles de “compensación” suelen servir de poco para solucionar las cosas e incluso pueden ser vistos de manera negativa.

Las discusiones de pareja son buenas siempre que nos ayuden a encontrar una solución para un problema concreto. Si son demasiado frecuentes o demasiado intensas y generan mucho malestar dentro de la pareja, podéis acudir a un profesional que os ayude.

Las discusiones de pareja son normales, ya que una discusión es un intercambio de opiniones respecto a un tema. Hablar con nuestra pareja de las cosas que nos molestan no es solo normal, sino que es fundamental para que la pareja funcione.

Elena Cabeza de Vaca Iriarte

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