Qué es un ataque de ansiedad y cómo calmarlo: claves
Los ataques de ansiedad pueden provocar mucho sufrimiento emocional. Te contamos todo sobre los ataques de ansiedad. Qué es un ataque de ansiedad, síntomas, causas, consecuencias y consejos para calmarlo y controlarlo.
¿Qué es un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad o ataque de pánico es un aumento de estrés muy elevado. Suele producirse en situaciones determinadas por la anticipación de algún peligro futuro. Dicha ansiedad anticipatoria nos pone alerta, como si estuviese pasando ahora mismo, aunque no sea así. El cuerpo se activa de repente, hiperventilamos, tenemos taquicardias, los músculos se ponen tensos y aparece un dolor intenso en el pecho. Todo esto nos hace pensar que estamos sufriendo un infarto o algún problema similar y hace que nos pongamos más nerviosos. Es un momento muy agónico, aunque no corre en riesgo nuestra salud.
Las personas que han padecido algún ataque de ansiedad suelen estar más alerta a los síntomas de este, porque no quieren que vuelva a ocurrir. Esto hace que en cuanto aparece un pequeño dolor o falta de aire, la persona se ponga totalmente alerta y sufra un nuevo episodio. El disparador del estrés en estos siguientes episodios es la misma preocupación del paciente por su salud y su vida.
Los diferentes tipos de ataques de ansiedad
La clasificación diagnóstica no diferencia entre tipos de ataques de ansiedad, ya que siempre aparecen de manera similar. Si bien es cierto que pueden ser más graves o menos graves en función de su intensidad, los síntomas son bastante parecidos. Entre ellos nos encontramos siempre hiperventilación y taquicardia, a veces con dolor o presión en el pecho. En los casos más graves, la hiperventilación provoca que la persona se maree (porque está tomando demasiado oxígeno) y la presión y el dolor en el pecho son tan intensos que la persona puede pensar que está sufriendo un infarto. Pese a la intensidad de los síntomas, los ataques de ansiedad sólo suponen un riesgo si hay enfermedades cardíacas previas.
Por otro lado, en la práctica clínica vemos que los ataques de pánico aparecen como síntoma en muchos trastornos de ansiedad. Por ejemplo, en fobias, en ansiedad generalizada, incluso podría aparecer en el trastorno obsesivo compulsivo. Una comorbilidad muy estudiada es la existente entre los ataques de pánico y la agorafobia. Es decir, en muchas ocasiones aparecen juntos y uno puede desencadenar el otro. Si, por ejemplo, me da un ataque de pánico en un sitio abierto, donde nadie podrá ayudarme, asumiré que es un mal sitio para tener el ataque de pánico y evitaré ponerme de nuevo en esa situación. Esto llevaría a desarrollar la agorafobia como tal.
Cómo saber que es un ataque de ansiedad lo que me está ocurriendo
Los ataques de ansiedad tiene una sintomatología muy intensa, que nos podría llevar a pensar que estamos sufriendo alguna otra enfermedad. Por ejemplo, al sentir las taquicardias muy elevadas y la presión en el pecho, podríamos pensar que nos está dando un infarto. Sin embargo, en un ataque de ansiedad, nuestra salud no corre riesgo y suelen desaparecer conforme utilizamos una buena estrategia de relajación, como veremos más adelante.
Síntomas de un ataque de ansiedad
Como hemos mencionado, un ataque de ansiedad tiene varios síntomas que se pueden clasificar en los siguientes grupos:
- Síntomas físicos: aquellos que sufre el cuerpo. Pueden aparecer, por ejemplo, taquicardias muy fuertes, dolor en el pecho, falta de aire, temblores, mareos… Todo esto nos puede hacer pensar que nos está dando un infarto o que tenemos alguna enfermedad física, pero no es verdad. Nuestro cerebro nos pone en alerta porque son síntomas muy intensos, pero nuestra vida no corre peligro.
- Síntomas cognitivos: son todos los pensamientos que aparecen antes, durante y después del ataque de ansiedad. Pensamientos como la preocupación por la muerte, por sufrir una enfermedad grave, porque nadie nos pueda socorrer… Además, suele haber alguna preocupación previa que provoca el ataque de ansiedad, por ejemplo, un examen, la posibilidad de perder un trabajo o una relación…
- Síntomas emocionales: Aquellas emociones que aparecen junto con la ansiedad. En este sentido casi siempre nos encontramos un miedo intenso a que vuelva a suceder y la frustración de no poder controlarlo.
Causas de un ataque de ansiedad
Las causas de un ataque de ansiedad suelen ser psicosociales. Es decir, acontecimientos de nuestra vida cotidiana que sentimos con demasiada intensidad. Muchas veces la preocupación por que algo sea terrible o tenga unas consecuencias insoportables para nosotros, es vivido con un miedo intenso que nos produce el pico de estrés.
En varias ocasiones nos encontramos un nivel elevado de estrés de base, es decir, la persona está normalmente bastante estresada. Por lo que cualquier preocupación añadida podría suponer la aparición de ataques de ansiedad. Esto sumado a una gestión poco adaptativa de la ansiedad, podría producir el primer ataque de ansiedad.
Una vez que se ha producido el primer ataque de ansiedad, el malestar físico y psicológico que genera es tan elevado, que aparece un miedo intenso a que vuelva a ocurrir. Así, nos hacemos sensibles a pequeñas señales que podrían vaticinar un nuevo ataque y esto propicia nuevos ataques de ansiedad. La preocupación porque vuelva a ocurrir se suma a las causas que desencadenan los siguientes ataques de ansiedad y se vuelve un círculo vicioso de gran sufrimiento.
Qué hacer ante un ataque de ansiedad y evitar que ocurra o disminuir su gravedad
Para evitar que ocurra, es de vital importancia cuidarnos bien. Al final, el ataque de ansiedad es un pico de estrés muy elevado. Si tenemos un estrés de base bajo, hará falta una preocupación más intensa para producirnos el ataque de ansiedad. Si estamos todo el día estresados, a poco que nos preocupe algo, podemos entrar en crisis. Por tanto, es importante comer bien (saludable, ni mucho ni poco y con todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesite), dormir bien (las horas que consideremos necesarias, preferiblemente entre 6 y 8 al día), hacer ejercicio físico regularmente (un rato todos los días o días alternos. Salir a pasear, correr, montar en bici, natación o algún deporte. Todo ayuda) y vigilar nuestro tiempo de ocio (cuidar nuestro tiempo libre y de descanso y realizar actividades que nos gusten, con o sin gente).
Si ya nos ha dado un ataque de ansiedad, o nos está dando, o nos da de manera continuada, podemos utilizar alguna estrategia de distracción. Dependiendo de la persona, puede servir una u otra, según las capacidades de cada uno. Lo importante es hacer un ejercicio más o menos corto, que nos ayude a desconectar la atención de los síntomas de ansiedad y de la preocupación que lo ha producido. Por tanto, es importante que nos resulte algo difícil. Un ejemplo de esto es contar de 100 a 0 de 3 en 3 (100-97-94…) o decir el abecedario al revés (z, y, x…), pero podría servir cualquier actividad mental. Una vez que se nos ha pasado el ataque, podemos tratar de hacer un ejercicio de relajación o ponernos a hacer alguna otra cosa. Si es un amigo el que está sufriendo la ansiedad, puedes tratar de hacerle pensar en esto, para distraerle de sus síntomas y que se relaje.
Si aparecen mareos, utilizaremos la técnica de la bolsa. Los mareos ocurren porque tomamos demasiado oxígeno y el cerebro comienza a intoxicarse, por lo que aumentaremos los niveles de dióxido de carbono (CO2) para que se regule. Para ello, inspira sin la bolsa, introduce la nariz y la boca en la bolsa y exhala dentro de la bolsa. Ahora la bolsa estará llena de dióxido de carbono, no saques la nariz ni la boca de ella y respira el aire de dentro de la bolsa. Espira de nuevo dentro de la bolsa y respira con normalidad. Notarás cómo el mareo va disminuyendo y te vas relajando, conforme los niveles de CO2 y de oxígeno se estabilizan. En cuanto veas que se te pasa el mareo, respira sin la bolsa.
¿Cómo calmar un ataque de ansiedad?
Como hemos dicho anteriormente, lo más efectivo para calmar un ataque de ansiedad es utilizar alguna estrategia de distracción. Esto nos ayuda a dirigir nuestra atención a algo que no sean nuestros síntomas, ni nuestras preocupaciones.
Otras estrategias que pueden ser de utilidad son las técnicas de relajación. Hay numerosas técnicas, pero las más utilizadas son la respiración diafragmática y el lugar seguro, por ser fáciles de aplicar en cualquier tipo de situación. Sin embargo, en situaciones de un elevado estrés, puede ser difícil recurrir a estas estrategias y, por ello, se han creado las estrategias de grounding. Grounding significa en español “tomar tierra” y es una estrategia tomada del mindfulness, en la que buscaremos diferentes estímulos en el entorno, para volver a conectarnos con el aquí y ahora y olvidar nuestras preocupaciones. Hay muchas formas de hacerlo, pero una de las más recomendadas es buscar 5 cosas que puedas ver, 4 cosas que puedas oír, 3 que puedas notar/sentir con el tacto (por ejemplo, la ropa sobre la piel o nuestro propio peso), 2 que puedas oler y 1 que puedas saborear. De esta manera conectamos con el entorno de nuevo y no prestamos atención a nuestros síntomas o a nuestras preocupaciones.
Cuándo debo de ir a urgencias por un ataque de ansiedad
Un ataque de ansiedad es vivido de manera muy traumática, debido a los intensos síntomas físicos que presenta. La persona cree que puede tener alguna enfermedad o incluso que le está dando un infarto. Piensa que puede morir y esto provoca mucho miedo y la necesidad de ir a urgencias. Sin embargo, un ataque de ansiedad no resulta peligroso para nosotros, a no ser que tengamos una enfermedad previa, por lo que no sería necesario acudir a urgencias. Utilizando las estrategias mencionadas anteriormente, los síntomas desaparecerán.
No obstante, sí que hay casos en los que debemos acudir a urgencias. Si sufrimos una enfermedad cardíaca o respiratoria, por ejemplo. Ante la duda, podemos acudir a urgencias, pero si sabemos que lo que nos está pasando es un ataque de ansiedad, es mejor evitarlo. Ya que si acudimos a urgencias por un ataque de ansiedad, corremos el riesgo de reforzar su aparición en el futuro, al darle una importancia demasiado elevada a los síntomas. Además, podrían aparecer otros trastornos como hipocondría o agorafobia.
Ahora que sabes qué es un ataque de ansiedad y crees que lo sufres o que estás atravesando una época con un nivel más elevado lo mejor es contar con apoyo profesional para que te ayude a superar la situación. Si estás buscando psicólogos expertos en ansiedad en psicolivepsicologos.com encontrarás especialistas que te ayudarán a encontrar las mejores técnicas y soluciones para saber cómo superar la ansiedad.
Es un pico muy elevado de estrés ante una situación determinada. Esto produce un aumento del ritmo cardíaco, presión en el pecho y falta de aire.
La clasificación diagnóstica no diferencia entre tipos de ataques de ansiedad, ya que siempre aparecen de manera similar. Si bien es cierto que pueden ser más graves o menos graves en función de su intensidad, los síntomas son bastante parecidos.
Por otro lado, en la práctica clínica vemos que los ataques de pánico aparecen como síntoma en muchos trastornos de ansiedad. Por ejemplo, en fobias, en ansiedad generalizada, incluso podría aparecer en el trastorno obsesivo compulsivo.
- Síntomas físicos: Pueden aparecer, por ejemplo, taquicardias muy fuertes, dolor en el pecho, falta de aire, temblores, mareos…
- Síntomas cognitivos: son todos los pensamientos que aparecen antes, durante y después del ataque de ansiedad.
- Síntomas emocionales: Aquellas emociones que aparecen junto con la ansiedad, miedo y frustración.
Podemos utilizar alguna estrategia de distracción. Dependiendo de la persona, puede servir una u otra, según las capacidades de cada uno. Lo importante es hacer un ejercicio mental más o menos corto, que nos ayude a desconectar la atención de los síntomas de ansiedad y de la preocupación que lo ha producido. Por tanto, es importante que nos resulte algo difícil. Un ejemplo de esto es contar de 100 a 0 de 3 en 3 (100-97-94…) o decir el abecedario al revés (z, y, x…)
- Comer bien (saludable, ni mucho ni poco y con todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesite)
- Dormir bien (las horas que consideremos necesarias, preferiblemente entre 6 y 8 al día),
- Hacer ejercicio físico regularmente (un rato todos los días o días alternos. Salir a pasear, correr, montar en bici, natación o algún deporte. Todo ayuda) y
- Vigilar nuestro tiempo de ocio (cuidar nuestro tiempo libre y de descanso y realizar actividades que nos gusten, con o sin gente).
- Técnicas de relajación: la respiración diafragmática y el lugar seguro
- Técnicas de Grounding: buscar 5 cosas que puedas ver, 4 cosas que puedas oír, 3 que puedas notar/sentir con el tacto (por ejemplo, la ropa sobre la piel o nuestro propio peso), 2 que puedas oler y 1 que puedas saborear. De esta manera conectamos con el entorno de nuevo y no prestamos atención a nuestros síntomas o a nuestras preocupaciones.
Ante la duda, podemos acudir a urgencias, pero, si sabemos que lo que nos está pasando es un ataque de ansiedad, es mejor evitarlo. Ya que si acudimos a urgencias por un ataque de ansiedad, corremos el riesgo de reforzar su aparición en el futuro, al darle una importancia demasiado elevada a los síntomas. Además, podrían aparecer otros trastornos como hipocondría o agorafobia.
Número de colegiada: M-33341.
Experiencia en diferentes tipos de tratamiento con adultos, adolescentes y niños. Experta en trastornos de Ansiedad, Depresión, Problemas de Pareja, Trastornos del sueño...
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