Disnea por ansiedad: síntomas, causas y tratamiento

La disnea por ansiedad se produce frecuentemente. Te ayudamos a entender qué es, sus síntomas y el tratamiento recomendado por psicólogos

disnea por ansiedad

Síntomas de disnea por ansiedad

La disnea es la sensación subjetiva de falta de aire. Es muy difícil de medir, pero conlleva mucho sufrimiento a aquellos que lo padecen. Es un síntoma muy desagradable, que se produce por varias causas, sobre todo en personas que padecen enfermedades respiratorias, tales como asma. 

¿Qué relación hay entre la ansiedad y la hiperventilación?

La ansiedad es una emoción relacionada con el miedo, que produce una respuesta de estrés en el organismo, es decir, lo activa, para prepararlo para la lucha o la huida. Al activarlo, se producen muchos síntomas, como el aumento de la tensión muscular o de la presión sanguínea. 

Uno de estos síntomas es el aumento de la tasa respiratoria, porque el organismo necesita más oxígeno para responder ante el estímulo peligroso. En ese momento, la respiración se vuelve rápida y superficial, es decir, empezamos a hiperventilar

¿En qué se diferencian ansiedad y asma?

Tanto la disnea por ansiedad como el asma nos pueden producir la sensación de falta de aire. La diferencia radica en que el primero es producido por una emoción (adaptativa o no adaptativa, realista o no realista) y el segundo es producido por una enfermedad autoinmune. Ante la ansiedad, basta relajarse, hacer alguna respiración más lenta, suspiros por ejemplo, o un ejercicio de distracción, para empezar a notar que volvemos a recobrar el aliento. Con el asma, esto puede ayudar hasta cierto punto, pero casi siempre es necesario recurrir a medicación basada en corticoides, que frenan al sistema inmune, que se ha activado contra el propio cuerpo. 

La ansiedad no resulta peligrosa, porque si estás hiperventilando y te desmayas, en seguida vas a respirar de manera normal. Sin embargo, el asma puede resultar más peligroso si no se acompaña del tratamiento médico necesario. Si te desmayas por el asma, tu cuerpo puede seguir actuando contra sí mismo. Por tanto, si crees que tienes asma, es bueno que vayas al neumólogo o al alergólogo y que recibas el tratamiento adecuado.

Dificultad para respirar y ansiedad: ¿por qué cuando tienes ansiedad no puedes respirar?

Como te comentaba, la ansiedad es una emoción que activa al cuerpo para ayudarnos en el enfrentamiento de algo que vemos como un peligro. Esta activación se produce a nivel fisiológico con diferentes síntomas, que pueden afectar a nuestra percepción de disnea o falta de aire:

motivos disnea ansiedad
  • Por un lado, hay una necesidad de respirar de manera más superficial. Al activar el cuerpo, necesitamos más energía y, por tanto, más oxígeno. Así que la respiración deja de ser profunda (diafragmática), para pasar a ser superficial (intercostal), como cuando hacemos deporte. Esto ya nos puede producir una sensación de falta de aire, sobre todo si no hay un estímulo claro que haya producido esta respuesta. Es decir, si de repente notamos que respiramos de manera superficial sin haber hecho deporte o sin habernos puesto excesivamente nerviosos.
  • Por otro lado, esta activación produce una tensión muscular elevada, que nos prepara para responder al estímulo que percibimos como peligroso. Imagínate que estás delante de un tigre y tu cuerpo no se tensa, no podrías huir. Esta tensión, que podemos verla más naturalmente en los brazos y en las piernas, también afecta a los músculos que rodean a los pulmones, que son los músculos intercostales y el diafragma. Al tensarse, se ponen muy duros, produciendo la sensación típica de presión en el pecho, nos sentimos encorsetados por nuestro propio cuerpo. Esta sensación puede ser muy angustiante, produciendo más ansiedad y, por tanto, más hiperventilación y más tensión muscular. La sensación de disnea por ansiedad, o falta de aire, en este punto es tan alta, que tratamos de respirar más y más rápido, produciendo una intoxicación de oxígeno. Cuando sube mucho el oxígeno, baja el nivel de dióxido de carbono, y produce mareos y desmayos. La persona suele asumir que se ha desmayado porque no podía respirar, pero es lo contrario, es porque estaba respirando demasiado deprisa. 

¿Qué hacer cuando tienes ansiedad y no puedes respirar? 5 ejercicios de respiración para la ansiedad

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos. Recuerda que, si sueles tener ataques de pánico o no puedes respirar bien debido a la disnea por ansiedad, podemos ayudarte a resolverlo, no dudes en contactar con nosotros y nuestros psicólogos expertos en ansiedad en Madrid en psicolivepsicologos.com te ayudarán. 

hipervenlitación y ansiedad

Respiración diafragmática

La respiración diafragmática es un tipo de respiración en la que utilizamos toda la capacidad pulmonar. No se recomienda usar esta respiración directamente en los momentos de estrés, porque el diafragma va a estar demasiado duro y nos puede dar la sensación de mayor falta de aire. Practícalo primero en casa, una o dos veces al día. Cuando notes que te relaja bastante, ya podrás aplicarlo en situaciones de estrés y disnea por ansiedad.

Para aplicarla, debes estar en una habitación silenciosa o tranquila, con ropa cómoda y luz más o menos tenue. Túmbate o recuéstate. Ponte cómodo. Coloca una mano en el pecho y otra en la tripa, sobre el ombligo. Trata de dirigir el aire al fondo de los pulmones, de tal manera que solo se mueva la mano de la tripa. Cuando consigas esto, practícalo varias veces. Cuando te salga de manera sencilla, puedes tratar de realizar el siguiente ejercicio.

Respiración diafragmática completa

En la respiración anterior, aprendemos a respirar con la parte inferior de los pulmones. Ahora, si quieres, puedes completarla con la parte superior.

Para ello, en la misma posición anterior, tumbado o recostado y con una mano en la tripa y otra en el pecho, vamos a dejar que el aire pase primero a la parte del fondo de los pulmones y luego a la más superficial. Por tanto, se va a mover primero la mano de la tripa y después la del pecho. Al soltar el aire, se deshinchará primero la parte de arriba y después la de abajo. 

No te preocupes si al principio te sientes algo mareado, es normal debido al aumento de oxígeno. Puedes tratar de hacer una respiración profunda, pero más corta, tomando menos aire en las inhalaciones; o tratar de soltar menos aire en las exhalaciones, haciéndolas algo más cortas. Recuerda hacer las inspiraciones y las espiraciones de manera suave y lenta, para obtener una mayor sensación de relajación.

Secuencia de suspiros

Se trata de un ejercicio que ayuda mucho a desbloquear los músculos intercostales y el diafragma. Puedes realizarlo cuando sientas mucha presión en el pecho y te dificulte la respiración.

Para ello, debes hacer una serie de 7 u 8 suspiros, como si te pesase la vida. Coges mucho aire y lo sueltas de golpe. Y repites. Puedes hacerlo las veces que creas conveniente hasta que veas que ya no estás tan encorsetado por tus músculos, que se van relajando.

Respirar contando

Este ejercicio tiene un beneficio extra, y es que, al estar contando, nos distraemos de aquello que nos preocupa, ayudando en doble sentido a mitigar la disnea por aneidad. Se trata de tomar aire por la nariz lentamente durante 4 segundos, contener la respiración durante 7 segundos y soltarla en 8 segundos. Los tiempos se pueden ajustar a la capacidad pulmonar de la persona, siempre haciendo las exhalaciones más largas que las inhalaciones, para tratar de restaurar los niveles de oxígeno y de CO2.

Respiración con una pajita

Consiste en utilizar una pajita para exhalar el aire de las respiraciones. Se puede combinar con el ejercicio anterior. Te estarás preguntando para qué queremos una pajita. Bueno, la pajita nos ayuda mucho a soltar el aire de manera más pausada, más tranquila y suave. Así que, puede ser una buena estrategia si te cuesta exhalar de esta forma y se puede utilizar en todos los ejercicios de respiración.

Usemos una bolsa

Esta estrategia se utiliza cuando estamos sufriendo disnea por ansiedad, hiperventilando, y vemos que nos estamos mareando. No se recomienda para el uso de una respiración normal, porque lo que busca es una restauración de los niveles de CO2, para contrarrestar la intoxicación de oxígeno. Como te explicamos anteriormente, en la hiperventilación hay un aumento de oxígeno que nos produce un mareo y podemos llegar a desmayarnos. Antes de que esto ocurra, podemos coger una bolsa, da igual el material, lo importante es que no esté rota. Vamos a coger aire fuera de la bolsa y a soltarlo dentro de la bolsa. Después, respiraremos ese mismo aire, sin despegarnos de la bolsa. Así hasta que notemos que vamos estando menos mareados. Después, podemos continuar con una respiración de las anteriores. 

Efectivamente, estaremos respirando CO2 durante un rato, ejercicio que puede ser bueno si me estoy mareando por la hiperventilación, pero que puede producir mareos si no es así. 

Ahora ya conoces las causas, síntomas y ejercicios que te ayudarán a combatir la disnea por ansiedad, realízalos de manera periódica cuando estés relajado y podrás desarrollar una buena técnica para superar los siguientes episodios de hiperventilación.

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos.

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos.

La ansiedad es una emoción relacionada con el miedo, que produce una respuesta de estrés en el organismo, es decir, lo activa, para prepararlo para la lucha o la huida

En ese momento, la respiración se vuelve rápida y superficial, es decir, empezamos a hiperventilar.

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos.

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos.

Ante la ansiedad, basta relajarse, hacer alguna respiración más lenta, suspiros por ejemplo, o un ejercicio de distracción, para empezar a notar que volvemos a recobrar el aliento.

La ansiedad es una emoción relacionada con el miedo, que produce una respuesta de estrés en el organismo, es decir, lo activa, para prepararlo para la lucha o la huida

En ese momento, la respiración se vuelve rápida y superficial, es decir, empezamos a hiperventilar. 

Tanto la ansiedad como el asma nos pueden producir la sensación de falta de aire. La diferencia radica en que el primero es producido por una emoción (adaptativa o no adaptativa, realista o no realista) y el segundo es producido por una enfermedad autoinmune.

Si no podemos respirar bien debido a la ansiedad, debemos trabajar en la relajación, respuesta opuesta a la ansiedad. Te recomendamos realizar alguno de estos ejercicios, sin embargo, es bueno que no solo los practiques en momentos de hiperventilación, sino también en momentos tranquilos.

Elena Cabeza de Vaca Iriarte

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